DESDE MI BALCÓN
Capitulo 2
Este otoño parece que viene bastante helado. Debo ir a ver a mi mejor amiga que acaba de tener un bebé. Y aunque muchas veces las visitas no se aconsejan los primeros días en la Clínica, mi amiga quiere que la vaya a acompañar y a dar apoyo en estos momentos, ya que es mamá primeriza.
Recuerdo con el cuidado que preparamos la maleta que iba a llevar a la clínica. Le aconsejé una tenida de algodón suave ya que en la mayoría de las maternidades abrigan de inmediato al niño tras el primer contacto piel a piel con su mamá para que no pierdan el calor corporal.
Así, en la maleta echamos además varios bodis y pijamas pequeños y de buena calidad para que se sintiera cómodo en sus primeros días de vida. Tratamos de que fuera ropa práctica y fácil de poner y sacar . Sobre todo porque mi amiga iba a comenzar la práctica de colocar pañales por primera vez en su vida. Le recomendé en todo caso que no se fuera a un extremo, abrigando demasiado al pequeño.
Los bodies, por ejemplo, deben ser suaves y de fibras naturales como el algodón. Antes, las abuelas aconsejaban el uso de mitones para que los recién nacidos no se arañaran la cara con sus uñas que pueden ser largas y filosas. Pero hoy día se usa solamente dependiendo de la circunstancia del bebé, si es que tiene tendencia a arañarse mucho y no se le pueden cortar las uñas.
A la maleta hay que agregar también piluchos, toallitas húmedas para recién nacidos ojalá hipoalergénicas, muselinas, baberos, colonia sin alcohol, pañales, ropa de más abrigo y un chal o manta por si quiere que esté más protegido cuando madre e hijo sean dados de alta. Ah, y no puede faltar su primera tenida, para que mami pueda presumir de su pequeño a la salida de la clínica.
Aprovecharé que hay rosas en mi jardín para llevarle una a mi amiga, y sólo le diré que no se estrese, que disfrute esta nueva etapa en su vida, que atesore y se abra a la hermosa y desafiante experiencia de la maternidad.